¿Estás suficientemente motivado?

By Primerempleo.com ;-)


Cuando llevamos algunos años desarrollando un puesto de trabajo, es algo de lo más normal, que en algún momento llegue la monotonía a nuestra vida profesional. Esta monotonía aparece cuando nos encontramos en un punto en el que ya tenemos dominado las funciones que debemos desempeñar en nuestro puesto, y día tras día, repetimos los mismos actos.
Todo ello, puede conllevar la aparición de un problema para el propio trabajador, pues, incluso, puede ver afectada su salud psíquica, en el sentido, de que puede tener la sensación de no valer para nada más y hacer replantearse sus posibilidades. Podríamos decir, que esta situación sería limite, por lo que se puede evitar llegar hasta ese punto.
Para conseguir no alcanzar esta monotonía no nos puede faltar la motivación, pues es factor clave para renovarse y crecer dentro de nuestra profesión. Algunos autores afirman que “motivar es mover, y estar motivados, es moverse”. Se suele decir que quien no se mueve no consigue lo que quiere, por lo que la motivación nos capacitará y nos dará fuerzas para realizar otras acciones y recorrer caminos en una determinada dirección.
Si disponemos de motivación, ya podemos comenzar nuestro proyecto de renovación. Todo proyecto tiene que tener un objetivo, por lo que debemos reflexionar y determinar hasta dónde queremos llegar y qué es lo que queremos realmente hacer con nuestra vida profesional. En este caso el objetivo o meta no es otra que promocionar o bien cambiar de profesión, si sentimos que la que poseemos no nos satisface.
Una vez definida la meta, debemos determinar cuáles van a ser nuestros medios para alcanzarla, es decir, debemos pensar que podemos hacer para ello. Tanto para un objetivo y otro, una de las acciones que debemos plantearnos es la formación. Si optamos por continuar formándonos podemos abrirnos más posibilidades profesionales, podemos adquirir nuevos conocimientos, habilidades y aptitudes que nos van a permitir desempeñar nuevos puestos de trabajo, con nuevas funciones y responsabilidades. La formación la tenemos a nuestra disposición, y sin duda, es la llave que abre la puerta hacia nuevas aspiraciones que pueden ofrecernos más satisfacción, y por tanto, nos hará sentiros más realizados profesionalmente.
Podemos decir, que el pensamiento de querer renovarnos dentro de nuestras posibilidades laborales, se concibe como una meta estimulante, pues ante un objetivo interesante y que nos va a reportar multitud de consecuencias positivas, nos motiva, nos estimula aún más para luchar por la consecución de dicho objetivo.
También, es importante, ser realistas y tener claro hasta dónde podemos llegar. Es buena tener el pensamiento de que podemos con todo lo que se nos ponga por delante, pero la excesiva confianza en nosotros mismos, en ocasiones no nos hace ver la realidad de que puede ser que no valgamos para todo tipo de funciones o para cualquier puesto de trabajo. Por lo que debemos conocernos muy bien y saber cuales pueden ser nuestras expectativas reales, es decir, aquellas a las que con seguridad estamos capacitados o podemos estarlo para conseguirlas.
La cuestión aquí, no es más que “Renovar o Morir”, y ello, únicamente depende de nosotros mismos, de nuestras ganas de promocionar y de llegar a lo más alto.

Cuando llevamos algunos años desarrollando un puesto de trabajo, es algo de lo más normal, que en algún momento llegue la monotonía a nuestra vida profesional. Esta monotonía aparece cuando nos encontramos en un punto en el que ya tenemos dominado las funciones que debemos desempeñar en nuestro puesto, y día tras día, repetimos los mismos actos.
Todo ello, puede conllevar la aparición de un problema para el propio trabajador, pues, incluso, puede ver afectada su salud psíquica, en el sentido, de que puede tener la sensación de no valer para nada más y hacer replantearse sus posibilidades. Podríamos decir, que esta situación sería limite, por lo que se puede evitar llegar hasta ese punto.
Para conseguir no alcanzar esta monotonía no nos puede faltar la motivación, pues es factor clave para renovarse y crecer dentro de nuestra profesión. Algunos autores afirman que “motivar es mover, y estar motivados, es moverse”. Se suele decir que quien no se mueve no consigue lo que quiere, por lo que la motivación nos capacitará y nos dará fuerzas para realizar otras acciones y recorrer caminos en una determinada dirección.
Si disponemos de motivación, ya podemos comenzar nuestro proyecto de renovación. Todo proyecto tiene que tener un objetivo, por lo que debemos reflexionar y determinar hasta dónde queremos llegar y qué es lo que queremos realmente hacer con nuestra vida profesional. En este caso el objetivo o meta no es otra que promocionar o bien cambiar de profesión, si sentimos que la que poseemos no nos satisface.
Una vez definida la meta, debemos determinar cuáles van a ser nuestros medios para alcanzarla, es decir, debemos pensar que podemos hacer para ello. Tanto para un objetivo y otro, una de las acciones que debemos plantearnos es la formación. Si optamos por continuar formándonos podemos abrirnos más posibilidades profesionales, podemos adquirir nuevos conocimientos, habilidades y aptitudes que nos van a permitir desempeñar nuevos puestos de trabajo, con nuevas funciones y responsabilidades. La formación la tenemos a nuestra disposición, y sin duda, es la llave que abre la puerta hacia nuevas aspiraciones que pueden ofrecernos más satisfacción, y por tanto, nos hará sentiros más realizados profesionalmente.
Podemos decir, que el pensamiento de querer renovarnos dentro de nuestras posibilidades laborales, se concibe como una meta estimulante, pues ante un objetivo interesante y que nos va a reportar multitud de consecuencias positivas, nos motiva, nos estimula aún más para luchar por la consecución de dicho objetivo.
También, es importante, ser realistas y tener claro hasta dónde podemos llegar. Es buena tener el pensamiento de que podemos con todo lo que se nos ponga por delante, pero la excesiva confianza en nosotros mismos, en ocasiones no nos hace ver la realidad de que puede ser que no valgamos para todo tipo de funciones o para cualquier puesto de trabajo. Por lo que debemos conocernos muy bien y saber cuales pueden ser nuestras expectativas reales, es decir, aquellas a las que con seguridad estamos capacitados o podemos estarlo para conseguirlas.
La cuestión aquí, no es más que “Renovar o Morir”, y ello, únicamente depende de nosotros mismos, de nuestras ganas de promocionar y de llegar a lo más alto.

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